Seamos iguales
a nosotros mismos.
Para que las cosas no sean mercancías,
para que las cosas sean ellas mismas;
formas sensibles de la unidad
o espejos de nuestro esfuerzo
con el sentido emocionado y pasajero
de nuestros sueños.
Para que se abra como una flor
toda la nobleza del hombre.
Juan L. Ortiz

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